Unir la vida a la de otra persona, independientemente del ritual, es un acto de responsabilidad contigo mismo. Piensa que de esta decisión depende el éxito o fracaso de tu proyecto de vida. Lo ideal: que haya acuerdos valorados y enfocados hacia la felicidad de cada uno, a la posibilidad de crecer en áreas vitales para cada quien (profesión, sexualidad, hijos, estudios, viajes, independencia, ingresos económicos, familia, entre otros ).
Al matrimonio (unión marital, convivencia, enlace, vínculo, alianza, sociedad, etc) no hay que temerle, a lo que hay que temerle en sí, es a no establecer con claridad los conceptos comunes que definen la unión y asumir posiciones no negociadas que con el tiempo se convierten en grandes problemas para la pareja, a continuación 33 consideraciones para tener en cuenta:
- El gran estigma del matrimonio comienza cuando al idealizarlo como una estructura eterna (para toda la vida) se le quita movimiento y se ignora que puede durar para siempre pero necesita ser trabajado y construido a diario.
- Su sentido a lo largo de la historia ha sido más ambientado por los cuentos de hadas (y fueron felices para siempre… ) que por una realidad humana y social que “evoluciona” con el paso del tiempo.
- Se nos educa en sociedad con un miedo escondido a la soledad y desde un primer uso de razón se nos enseña a pensar en una pareja ideal, que va a rescatarnos de una soledad obligada .
- Somos como nos educaron y lo que vimos en nuestros respectivos entornos familiares. Tenemos la tendencia a repetir los patrones de crianza y la forma como se nos mostraron las relaciones de pareja a partir de nuestros padres.
- El matrimonio es una empresa en la que los socios no pueden entrar con los ojos cerrados sin decirse lo que quieren y piensan, sacrificando la comunicación por un romanticismo idealizado, que responde más a una caricaturización del amor, que al amor mismo.
- Entendamos que el amor, es un estilo de vida, es una cotidianidad compartida que permite y fomenta la individualidad dentro de la pareja.
- En el mundo occidental actual, los cambios son evidentes más no contundentes; mientras la liberación femenina escribe el discurso de la independencia con un siglo de mujeres empoderadas, autosuficientes económicamente y dispuestas a sentirse plenas sexualmente, la relación de pareja sigue pidiendo estabilidad y control interno, nos demanda una conquista diaria que no se puede obviar.
- Ten en cuenta: Por favor antes de la fiesta, los regalos, el vestido y la luna de miel, analiza si en realidad la decisión que tomaste va a hacer “feliz” a muchos, o te va a hacer feliz a ti mismo.
- Piensa si esos pequeños defectos que ves en el otro no están siendo minimizados y por el contrario van a salir como demonios con el tiempo.
- Piensa si esas cosas que no aceptas de la familia de tu pareja, en realidad no son señales claras de lo que ésta será en unos años y hoy te cuesta aceptarlo. Piensa bien porque esta decisión aunque se pueda cambiar cuesta demasiado tomarla.
- Considera pasar una temporada conviviendo con tu pareja, conociendo quien es en realidad, sin las presiones de los papeles o el deber ser, soluciona primero el tema de los espacios, el desorden, el dinero, el sexo, los sueños y metas de cada uno.
- No esperes tenerlo todo para decidirte (casa, carro, dinero, etc). La idea es que puedan construirse con el tiempo, planear una forma de ver la vida y cumplir sueños.
- No insistas en una relación compleja en la que el sufrimiento está a la órden del día, amar debe fluir, es una decisión de vida, no una imposición extraña e incontrolable que no se pueda dominar.
- Ama con muchas ganas, ama ilimitadamente, ama muchas veces y deja de amar también, ama desde el principio y hasta el final.
- Amar es gratis pero también puede salirte muy caro, no ames con los ojos cerrados porque el amor ciego por lo general no llega a ninguna parte.
- No mendigues amor, si alguien te dice que no quiere o no puede darte amor, créele y aléjate. No ruegues amor porque esto solo deja dolor y baja autoestima.
- Amar y equivocarse es válido, pero no sigas haciendo por años lo mismo. La misma estrategia, va a darte los mismos resultados.
- No creas que el matrimonio es una gran fiesta y que sin eso no lo van a lograr. Invierte en lo que necesitas y compártelo con la gente que más te importe.
- Al matrimonio hay que concederle espacios a diario, no dejarlo detrás de las prioridades. Necesitas recordar que existe todos los días.
- No creas que el matrimonio es para siempre porque si, el matrimonio dura en tanto se trabaje por él. Si bien no tiene fecha de vencimiento, se agota y se desgasta con los días cuando se esconde en la cotidianidad.
- Inventa cosas todos los días que puedan gustar y sorprender, no solo como un ejercicio para dar a la pareja si no como un proceso de evolución emocional.
- Conoce con bastante profundidad a la familia de tu pareja, con el tiempo pueden ser buenos aliados para la estabilidad emocional de la relación o por el contrario pueden ser enemigos potenciales.
- No pierdas a tus amigos ni familia porque el matrimonio es símbolo de exclusividad.
- No experimentes con el matrimonio para probar que amas a alguien. El matrimonio es la consolidación de una decisión, al igual que lo es el amor.
- Recuerda que hablar no es lo mismo que comunicarse: Hay cientos de cosas que no se dicen las parejas por miedo o pena y que a largo plazo generan problemas mayores.
- Por favor no pienses con la cabeza de tu pareja. En tu individualidad y la del otro hay un cerebro autónomo!
- Se vale ser romántico aunque no nos hayan educado así. El romance está en el aire, no se atribuye al dinero o al tiempo. Si bien la felicidad no depende de los demás, darle gusto a la pareja en cosas posibles le viene bien a la relación.
- El sexo en el matrimonio no lo es todo, pero claro que ocupa un importante lugar. Si funciona mal, se genera un muro invisible que cada vez se hace más grande. Habla de lo que te gusta, expresa lo que necesitas, habla de tus fantasías y cúmplelas en pareja.
- No permitas que la familia o los amigos tomen decisiones al interior de la relación. Si bien las opiniones y recomendaciones de los demás pueden ser provechosas, el destino de una relación lo escribe la pareja única y exclusivamente.
- Ten un balance económico claro de lo que cada uno está dispuesto a pagar por vivir con el otro, teniendo en cuenta los gastos de cada uno. Por favor también ten en cuenta los modelos de crianza de los dos, si muy internamente esperas que tu pareja sea quien provee, haz que lo sepa. Esta es una decisión de dos, que marca la estabilidad de la relación.
- Los hijos, el querer tenerlos o no, es un tema vital: las parejas planean los hijos de acuerdo con el futuro tanto económico como emocional, pero antes de esto se debe tener claro, si en algún momento de la relación los hijos se desean o por el contrario no van a hacer parte de los proyectos.
- Es importante tomar decisiones en sano juicio, el enamoramiento de los primeros meses es extremadamente romántico, pero impide ver muchas veces la realidad del otro. Todo en la vida tiene su momento. ten en cuenta que una cosa es el amor y otra el enamoramiento.
- No compitas con tu pareja por una posición de poder al interior de la relación (quién tiene la razón o quién sabe más que el otro), cada uno tiene una energía distinta, unidas son una fuerza.
Si sientes que hay algunos de estos temas pendientes en tu decisión de matrimonio, te invito a mi terapia prematrimonial. Nos encargaremos de que estén lo mejor preparados posible para empezar esa gran vida juntos.