Trabajar en exceso para muchos es sinónimo de éxito, de estatus social y altas responsabilidades y necesidades, lo que no han tenido en cuenta es que la adicción al trabajo, al igual que adicciones al alcohol, drogas, juego o pornografía, es progresiva, degenerativa e incluso mortal, con la diferencia que algunas adicciones son tóxicas y otras no. Al final las consecuencias son las mismas usualmente: pérdida de seres queridos, enfermedades, aislamiento social y frustración. ¿Eres o convives con un adicto al trabajo?
A continuación, 33 síntomas de que eres o convives con un adicto al trabajo (Workaholic)
- Te has aislado total o parcial de actividades familiares
- Extiendes el tiempo laboral en casa por medio del teléfono celular o correos electrónicos
- Lo único importante por encima de otras obligaciones para ti es cumplir con las actividades laborales
- Tienes poca disposición de tiempo para actividades vitales como citas médicas, alimentarte adecuadamente o dormir el tiempo necesario
- Pierdes el límite del tiempo y la diferencia entre trabajar y vivir
- Tienes una búsqueda incansable de reconocimiento y de “progreso” social
- Los fines de semana no tienes ganas de estar con la familia o la pareja porque estás cansado y necesitas recuperar sueño, energías o adelantar trabajo atrasado
- Inconscientemente puedes trabajar en exceso para evadir responsabilidades de pareja
- Tienes una profunda incapacidad para delegar tareas
- Tienes pensamientos, sueños e imágenes recurrentes con temas laborales pendientes
- Sufres constantemente de migrañas, úlcera, cálculos renales, dolor de cuello, dolor de espalda, colon irritable, falta de sueño, cansancio constante, irritabilidad, mala memoria, ansiedad, conjuntivitis, alopecia, pérdida de la visión, disminución del deseo sexual, entre otras
- Cuando no trabajas sientes vacío, como si algo te faltara
- Consideras que proveer económicamente es tú única o principal función dentro del hogar
- Tu pareja te reclama constantemente tiempo y atención
- Eres altamente competitivo y tienes un fuerte temor al fracaso y al rechazo
- Si bien en el aspecto laboral tienes éxito, en los otros espacios de la vida personal te resulta complejo controlar tus emociones
- Has tenido que divorciarte o terminar alguna relación de pareja por falta de tiempo, dedicación y detalles
- Si tienes hijos, tus compromisos laborales tienden a impedirte asistir a sus eventos y presentaciones especiales, lo que termina generando una fuerte culpa
- No tomas vacaciones porque consideras que eres imprescindible para tu trabajo
- Justificas tu adicción al trabajo con la necesidad de progreso y autosuperación
- Llegas cansado después de una larga jornada laboral y no tienes tiempo para labores del hogar, atender a tus hijos, tener sexo o comunicarte asertivamente con tu pareja, amigos o familia
- Te importa demasiado la imagen y lo que los demás piensan de ti
- Justificas la adicción al trabajo como algo positivo que no genera consecuencias
- Amas el poder y el éxito socialmente entendido
- Aunque trabajes durante muchas horas seguidas el tiempo nunca es suficiente
- Te has aislado del mundo
- Aunque no quieras aceptarlo piensas que el dinero es lo más importante para ti
- Tienes un fuerte temor de quedarte sin trabajo
- Tienes una fuerte incapacidad para delegar tareas y funciones, decir no o utilizar los tiempos adecuados, lo que sobrecarga tus obligaciones
- En la última personas que tiendes a pensar es en ti mismo
- Si tienes tiempo libre o de ocio piensas que es tiempo perdido que no deberías “desperdiciar”
- Siempre estás preocupado por el futuro a pesar que todo esté funcionando correctamente
- Tienes una alta dependencia al internet y cuando no puedes estar conectado sientes una terrible ansiedad